Piton

La historia de esta mesa auxiliar comienza en las tierras altas del sur de Brasil, donde densos bosques nativos ofrecen algunas de las maderas con más carácter del mundo. De entre ellas, se seleccionan cuidadosamente piezas de Jequitibá o Freijó, no solo por su resistencia, sino también por las expresivas vetas y la complejidad tonal de su madera. Cada tabla cuenta una historia distinta, y cada mesa nace de ese diálogo íntimo entre el material y el artesano.
Una vez cortada, la madera inicia un paciente proceso de secado. Los artesanos secan cada tablón al aire libre, bajo cobijo, permitiendo que se aclimate lentamente al entorno. Luego se traslada a un horno especial, donde el calor controlado elimina la humedad residual, garantizando estabilidad durante décadas. Esta etapa, aunque invisible en la pieza final, es vital — es la base de la integridad duradera de la mesa.
Con el material preparado, la forma de la mesa comienza a tomar forma. La inspiración proviene de los gestos sutiles y seguros del diseño brasileño de mediados de siglo, donde la funcionalidad se une con la forma artística. Las patas se tornean a mano, con contornos inspirados en las columnas cónicas de la arquitectura de Oscar Niemeyer. Cada pata se coloca con precisión arquitectónica para ofrecer estabilidad y ligereza.
La superficie, ligeramente elevada respecto a la base, parece flotar — sus bordes suavemente redondeados invitan al tacto. Ninguna superficie es idéntica; la variación natural de vetas otorga a cada pieza una identidad discreta. Una vez ensamblada, la mesa se lija y se protege con aceites y ceras naturales, preservando el calor original de la madera sin ocultar su textura.
Cada detalle, desde el ensamble hasta el acabado, está guiado por la convicción de priorizar materiales honestos y un diseño atemporal. El resultado es más que una mesa — es un compañero escultórico que refleja el alma de la artesanía brasileña. Igualmente adecuada junto a un sillón de lectura como pieza independiente, aporta utilidad y presencia a cualquier espacio.
Hecha a mano en Brasil, esta mesa rinde homenaje a la tierra de la que proviene — y a las manos que le dieron vida.